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El pistacho en Cerdeña, curiosidad local con su pariente lejano: el lentisco

Stefano Armadoro,

Asesor de Pistacium Mediterráneo

(Facebook, LinkedIn)

Gracias a mi trabajo de asesoramiento acerca del cultivo del pistacho en todo el Mediterráneo (de ahí el nombre Pistacium, Pistacho en latín, Mediterráneo), me encontré en junio en la isla de Cerdeña con un grupo de aficionados del pistacho que, poco a poco, con curiosidad y muchas pruebas, han conseguido cosas que sin duda llamaron mi atención.

Algunos habitantes de Cerdeña observaron la tradición pluricentenaria del pistachero en la isla hermana, Sicilia, y se preguntaron si su “Sardegna” podría tener potencial para este cultivo. En mi opinión, sería en zonas más del interior y elevadas, ya que el problema principal es el exceso de humedad o la falta de horas de frío.

Sin embargo, estos agricultores han hecho varios intentos, entre ellos, valorar la Pistacia más autóctona de la Isla: el lentisco.

El lentisco es un pariente lejano del pistachero. Tiene un portamento arbustivo y un crecimiento muy lento, su resistencia a la sequía y su adaptabilidad a cualquier tipo de suelo sin duda son una ventaja. Desafortunadamente, aunque sea del mismo género Pistacia, el lentisco tiene un porcentaje de agarre muy bajo con las yemas o varas del pistachero, así que, a priori no sería una buena opción.

¿Y por qué han buscado una manera de injertar el lentisco? Porque es muy frecuente para un sardo(habitante de Cerdeña) tener lentiscos de 20, 30 ó más de 100 años si eres propietario de una pequeña parcela.

Conseguir injertar el pistachero en plantas de este tamaño equivaldría a lo que en Sicilia se realiza con la cornicabra, y aprovechar un sistema radicular y unas reservas muy grandes para conseguir arboles productivos en pocos años.

¿Cómo lo hacen? Con un doble injerto:

1) Primero limpian bien el lentisco en invierno, dejando algunas ramas con un diámetro mínimo 1 ó 2 centímetros. Después realizan un injerto de primavera con una yema de UCB1 o de cornicabra que tienen un buen porcentaje de agarre.

2) Esperan a que la yema del portainjerto crezca en primavera (brotará en seguida y crecerá con mucho vigor) y después esperan a julio/agosto para hacer un segundo injerto a yema con una variedad comercial de pistachero sobre el crecimiento del UCB1 o cornicabra.

3) Si todo sale bien para el final del año tienen un brote de pistachero o una yema dormida para la brotación en la siguiente primavera.

¿Es todo esto rentable en una plantación productiva? Obviamente no, pero podría ser una opción para tener una producción en huerta para autoconsumo o venta local.

Es una técnica que hay que afinar y que, como técnico especializado, creo que los posibles problemas que hay que verificar son de tipo fisiológico: ¿será capaz el tronco del lentisco de crecer lo suficiente como para aguantar el peso de un árbol?

Increíble la capacidad del ser humano de jugar con la biología para adaptarse a cualquier situación.

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