El pasado 2 de abril, durante el evento TecnoAgro Iberia 2025, tuvo lugar una mesa redonda clave para el sector pistachero español. Bajo el título “Casos de éxito en cultivos de alto valor”, destacados profesionales del sector analizaron los principales retos, oportunidades y aprendizajes acumulados en torno al cultivo del pistacho en nuestro país.
El debate fue moderado por José María Fontán del Junco, Director de Innovación de Eurosemillas, y contó con la participación de tres referentes del sector:
Uno de los puntos más relevantes de la mesa fue el crecimiento exponencial del sector pistachero en España, que ha pasado de apenas 5.000 hectáreas hace una década a más de 80.000 hectáreas en la actualidad. No obstante, esta expansión en superficie no ha ido acompañada de un crecimiento proporcional en la producción, con cifras que en los últimos años han oscilado entre las 3.000 y 7.000 toneladas anuales.
La gran mayoría de las plantaciones (un 70%) se sitúan en secano, especialmente en zonas como Castilla-La Mancha, lo que condiciona los rendimientos y obliga a ajustar las expectativas productivas e inversoras.
Tomás Roquette subrayó que, dadas las limitaciones hídricas (con dotaciones de apenas 1.000 m³/ha en regadío), la agronomía de precisión y adaptada a cada zona es fundamental. “La respuesta es la agronomía”, aseguró, insistiendo en la necesidad de dejar de “reinventar la rueda” y apostar por variedades y manejos que ya han demostrado su eficacia en cada entorno específico.
También alertó sobre el desfase entre las expectativas de algunos inversores y la realidad productiva del cultivo, algo que puede poner en riesgo proyectos a medio y largo plazo si no se gestionan adecuadamente.
En la fase industrial, el sector se encuentra aún fragmentado. Actualmente existen unas 85 procesadoras para una producción de solo 3.000 toneladas, lo que evidencia una falta de concentración y masa crítica. Se destacó la necesidad de estandarizar procesos, mejorar la eficiencia y generar confianza en los agricultores a través de criterios claros y homogéneos de calidad y liquidación.
En lo que respecta a la comercialización, José Miguel Olmeda resaltó que el pistacho español tiene buena acogida en Europa, pero aún no puede garantizar un suministro continuo. En sus palabras: “Debemos ser un sector cohesionado y fuerte. Una interprofesional del pistacho sería clave para vertebrarnos”.
El reto es pasar de una comercialización a granel —con Italia como uno de los principales compradores— a un modelo más estructurado que permita generar mayor valor añadido y posicionar el pistacho español en mercados exigentes.
Victorino Martín puso el foco en el potencial de crecimiento del consumo nacional. Señaló que, pese al valor nutricional y gastronómico del pistacho, el desconocimiento del producto en el mercado doméstico sigue siendo alto. Apostó por inversiones conjuntas en promoción para aumentar su visibilidad y consumo habitual. “Vamos a unirnos, a fijar objetivos y a impulsar campañas que acerquen el pistacho al consumidor”, defendió.
El sector del pistacho en España vive una etapa de consolidación, con grandes oportunidades y retos por delante. Estas fueron las principales ideas compartidas en la mesa:
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