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David Pérez: “La estrategia de riego deficitario se aplica al inicio del endurecimiento de la cáscara del pistacho” 

david perez lopez riego pistacho

La ausencia de lluvias en primavera, con el abril más cálido y seco desde 1961, obliga aún más a optimizar la estrategia de riego en el pistachero entre aquellos que dispongan de este recurso.

Una alternativa es el llamado riego deficitario controlado, esto es, poner al árbol en una situación de estrés hídrico en el momento que menos afecte a la producción con el fin de ahorrar agua y costes.

David Pérez López, profesor de la Escuela de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Madrid, y autor de distintos trabajos e investigaciones sobre el riego del pistachero, precisa que este estrés controlado puede aplicarse en el inicio del endurecimiento de la cáscara.

Este momento, que coincide con la fase II del ciclo, ocurre cuando el fruto externamente ha alcanzado su tamaño máximo y comienza la lignificación de la cáscara, pese a que internamente el fruto apenas ha crecido.

En Ciudad Real este proceso se inicia normalmente a principios de junio y se desarrolla durante 30 ó 40 días, tiempo en el que se puede reducir el agua al árbol hasta un límite sin que afecte a la producción.

“Junto al ahorro de agua, en los trabajos que desarrollamos se comprobó mayor interés del consumidor por este pistacho que, además, contenía productos antioxidantes en principio beneficiosos para la salud”, detalla.

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Tengo agua suficiente… ¿Hasta dónde llego con el nivel de estrés en el pistachero?

Antes debemos conocer con exactitud el estado hídrico del árbol para poder llevarlo a la situación de estrés hídrico bajo control. Para ello se emplean cámaras de presión para medir el potencial hídrico de la hoja.

En este trabajo de investigación, en el que participó Pérez López junto a otros autores, se calculó ese nivel adecuado de estrés que no interfería en la producción (cuantificado en un umbral de agua en el tallo de –1,5 megapascales MPa durante la fase de lignificación de la cáscara).

De modo más práctico, puede servir como referencia la comparación entre el campo de riego completo (donde se cubrieron al máximo todas las necesidades hídricas) que tuvo un consumo medio en los tres años de estudio de 5.470 m3/ha, mientras que en el campo testigo bajo un estrés hídrico controlado se produjo un ahorro del 40% (consumo de 2.188 m3/ha).

Tengo escasez de agua, ¿Cuándo la empleo en el pistacho?

En plantaciones ya establecidas, Pérez López señala que el agua debe garantizarse en la fase III de llenado del grano, una vez que ha terminado la fase II donde hemos efectuado el estrés hídrico controlado.

En plantaciones jóvenes, en cambio, el agua tiene más importancia en primavera en el inicio del ciclo “para maximizar el crecimiento vegetativo”.

Sin lluvia en primavera, ¿riego ya los pistachos?

En una plantación en producción “es una decisión complicada”, admite el investigador.  “Si riegas en primavera provocas un crecimiento vegetativo, y por tanto mayor demanda de agua. Si luego viene un verano muy seco puede que la planta sufra más. Habría que mirar el estado hídrico de la planta. Si hay un estrés moderado en primavera no regaría, pero si es un estrés muy severo sí regaría”.

Tengo problemas de cuajado, ¿restrinjo el riego?

Ante problemas de cuajado como los registrados esta campaña, el experto apunta que, en cambio, la planta tendrá menos necesidades hídricas “y va a estar un poco menos estresada” ya que ha eliminado buena parte del fruto para autorregularse.

No obstante, Pérez López recuerda que el pistachero regulará a finales de junio las yemas de flor de la siguiente campaña que tirará al suelo “en función del estrés hídrico acumulado y la carga de pistachos que tenga”. Por tanto, recuerda, si el estrés hídrico del árbol es alto “tirará más yemas de flor y comprometerá la producción del año siguiente”.

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